Manifestaciones clínicas.
Las manifestaciones
clínicas de la rabia pueden dividirse en cuatros estadios:
1. Pródromos inespecíficos.
2. Encefalitis aguda aparecida a la otra
encefalitis virales.
3. Profundo trastorno funcional de los
centros del tronco encefálico que producen las manifestaciones clásicas de la
encefalitis rábica
4. Muerte o, en casos excepcionales,
recuperación.
El periodo prodrómico suele durar 1 a 4 días y se caracteriza por
fiebre, cefalea, malestar, mialgias, fatiga fácil, anorexia, nauseas y vómitos,
dolor faríngeo y tos sin expectoración. El
síndrome prodrómico indicativo de rabia es la aparición de parestesias o
fasciculaciones en el sitio de inoculación del virus o en sus proximidades.
La fase de encefalitis suele
anunciarse por periodo de hiperactividad motora, excitación y agitación. Pronto
aparecen confusiones mentales, alucinaciones, agresividad, aberraciones
grotesca del pensamiento, espasmos musculares, meningismo, opistótonos,
convulsiones y parálisis locales. Es
frecuente que los periodos de aberraciones mental alternen con otro de lucidez
completa, pero conforme la enfermedad empeora el periodo de lucidez se vuelvan más breves, hasta que el
paciente entre en coma. Casi siempre hay hipertensia, con sensibilidad a la luz
viva, los ruidos intensos, los contactos e incluso las corrientes de aire
ligeras. En la exploración física se puede encontrar una temperatura que
alcanza los 40,6 ºC. la alteración del sistema nervioso vegetativo comprende
dilatación irregular de las pupilas, lagrimeo, sialorrea, sudoración e hipo tensión postural.
Las manifestaciones de trastorno funcional del tronco
encefálico
aparece poco después de la fase encefalitica. La afectación de los pares craneales producen diplopía, parálisis
facial, neuritis óptica y la característica dificultad para la deglución.
Al unirse la sialorrea con la disfagia se produce el clásico cuadro de echar
espumarajos por la boca. En un 50% de los casos se observa hidrofobia, caracterizada
por una contracción violenta, involuntaria y dolorosa del diafragma y de los músculos
faríngeos, laríngeos y auxiliares de la respiración, el paciente acaba entrando
en coma, y la afectación del centro respiratorio ocasiona la muerte en apnea.
La supervivencia media desde el comienzo de los síntomas de 4 días, y como máximo dura 20 días, a menos
que se instituyan medidas de sostén.
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